Yo no soy así

Siempre había sido una buena chica, correcta, sincera, leal y confidente, hasta que me cansé. Me cansé de sentir que nadie pensaba que me fuera a enfadar, que todos confiaran en que iba a ser comprensiva, que me viesen como la buena hija, la gran hermana, la mejor amiga, la dulce ex, la activa pareja, la eficiente compañera… Sí, me cansé. 

       Así que tras la última ruptura sentimental, cuando nadie se preocupó en exceso porque suponían que saldría adelante sin problema, me dedique a una faceta menos explotada: la inolvidable amante, de las que seducen con el cuerpo y absorben con la mente. 

       ¿Cómo? Practicando, gozando. Quería sentir a diario que las piernas flotaban de tanto… practicar. Importante: dejarse querer, dejarse llevar y dejarse perder. Inevitable: ligero dolor de inglés al día siguiente. Necesario: sentarse con cuidado. Imprescindible: repetir. 

       ¿Con quién? Cierto, imposible hacerlo cada día ¿Y qué? También hay que disfrutar de una misma. Seleccioné a aquellos conocidos que desde hacía algún tiempo me atraían por uno u otro motivo y que sabía que se portarían bien. 

      Lo cierto es que acepté la cena de mi amigo el informático, que hizo más que mejorar el rendimiento de mi ordenador. Un gran miembro, sí, pero de corta duración…. No le guardo rencor. 

       Mi criterio me llevó al primo de mi amiga, sin que ella lo supiera. Todo caricias, todo dedicación, pero pocos centímetros. En fin, una tampoco es perfecta, seguro que cualquiera me sacaría defectos. 

       Tampoco soy una adicta al sexo, así que opté por no provocar situaciones, pero tampoco desaprovecharlas. 

       Apareció un compañero de la universidad, casi le había olvidado, pero él a mi no, y al ver la ilusión y las ganas de mí en sus ojos, me tiré hacia atrás. Él esperaba lo mejor de mí y el temor a decepcionarlo me ofuscaba, así que lo dejé escapar. 

       Realmente mi episodio de rebeldía duró poco y es que, la alegría por la alegría y el placer por el placer están muy bien, pero me gusta que me llamen al día siguiente. Quiero que no manden ni el corazón ni la cabeza, sino el estómago, que nunca me miente. Cuando está lleno de cariño no necesita más alimento y cuando no tengo lo que quiero, me pide más y más atracones. 

     Pero no me va la nostalgia, así que yo sigo feliz con mis pequeños romances, equivocándome en las predicciones y dispuesta a arriesgarme.

Yo no soy así

Por Ana Basanta

De la antología «Un lugar mejor y otros relatos» (2009)


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